La urbanización, según ACUMAR, presenta “ausencia de cloacas, baja cobertura de la red de agua pública y la presencia de arsénico en el agua subterránea (con alto porcentaje de hogares que consumen agua de pozo), como las principales situaciones ambientales identificadas”.
Alumnos y alumnas de la Escuela Primaria N° 3 del barrio San Javier, de Carlos Spegazzini, coordinados por la docente Alicia Miranda, entregaron un petitorio a la Municipalidad de Ezeiza solicitando que se tomen medidas en torno a un diagnóstico ambiental realizado por ACUMAR. San Javier se encuentra dentro de la Cuenca Media del Río Matanza Riachuelo (RMR) y posee treinta manzanas en una zona periurbana, delimitadas por las calles Roma, El Chocón, Tales de Mileto y Pitágoras. Caracterizado por ACUMAR como “urbanización emergente de alto riesgo”, el barrio hace más de 50 años era un descampado, hasta que los actuales habitantes fueron comprando lotes y asentándose. La mayoría de las calles son de tierra, salvo algunas principales que han sido asfaltadas por el Municipio. Cuenta con algunas instituciones como un club, iglesias, merenderos, una biblioteca, una cooperativa. En las conclusiones de la Evaluación Integral de Salud Ambiental en Área de Riesgo (EISAAR), se señala que “la urbanización San Javier fue valorada como de alto riesgo al combinar indicadores de vulnerabilidad y amenazas ambientales a través de fuentes secundarias en el Mapa de Riesgo Sanitario Ambiental (MARSA)”, y se explica que “la EISAAR posibilitó acceder a información sobre el estado de salud de los ciudadanos y lo que la población refiere acerca de las problemáticas del barrio y de sus familias, de manera situada y actualizada”. Asimismo se destaca que “la urbanización presentó: ausencia de cloacas, baja cobertura de la red de agua pública y la presencia de arsénico en el agua subterránea (con alto porcentaje de hogares que consumen agua de pozo), como las principales situaciones ambientales identificadas”, y se remarca: “Como la información generada debe ser insumo para la acción, se continuará con la devolución de los resultados de la EISAAR a la Secretaría de Salud del Municipio de Ezeiza y sus efectores locales y al Ministerio de Salud de la Provincia, a través de la Dirección de Salud Ambiental para la incorporación de la perspectiva ambiental al modelo de atención del sistema de salud, con el fin de lograr la prevención, detección temprana y seguimiento adecuado de las personas potencialmente expuestas a fuentes contaminantes, y con otras áreas de gobierno con capacidad de movilizar recursos para resolver las problemáticas ambientales”.
TRABAJO SOCIAL. En diálogo con LA PALABRA, la docente Alicia Miranda explicó: “Cuando comenzamos a trabajar en el área de Ciencias Sociales lo enmarcado dentro de Ley de Educación Ambiental Integral, junto a los estudiantes de 6° año de la Escuela Primaria N°3 conocimos la Evaluación Integral de Salud Ambiental en Área de Riesgo (EISAAR), publicada por ACUMAR en 2023. Esto nos impulsó a la acción. En los planos de Google Earth analizamos las diferencias en el barrio entre 2004 y 2022 y fueron muchas las cosas que observamos: especialmente nos llamó la atención que, entre ambos planos (con una diferencia de 18 años), no hay cloacas en ambas realidades y menos de la mitad del barrio tiene agua corriente”. Luego, la docente sostuvo: “Examinamos la evaluación que realizó ACUMAR de San Javier y nos alarmó su conclusión: el barrio, según las investigaciones, es de alto riesgo, no sólo por la falta de agua corriente y ausencia de cloacas, sino porque se tomaron pruebas del agua de pozo de algunos vecinos y tiene un elemento químico, que te enferma poco a poco y puede ser mortal. El agua (utilizada por las familias y por el alumnado) contiene arsénico. La duda que tenemos es: ¿cuándo van a acelerar las obras para que todo el barrio (incluidos la EP 3, la ES 14, el Jardín 922 y la EEAN°1) tenga agua potable? Los caños están a menos de seis cuadras de las escuela. Sin embargo, no se ve ninguna solución a corto plazo. Estudiantes de 6°, con los docentes y directivos, aparte de preocuparnos, decidimos ocuparnos. Nos informamos, difundidos la problemática y realizamos un petitorio para presentárselo al Intendente, para que busque la manera más adecuada de acelerar las obras y poner de manera urgente solución a este problema que está dañando la salud”. “Más de 400 personas han firmado el petitorio. Esperamos que sea tratado lo antes posible y tengamos una respuesta positiva”, señaló la docente al cierre de nuestra edición.