Por Arián Molina(*) | Esto No Está Chequeado | Ilustración: Digital Snatch | #FiccionesEzeicenses
En una esquina del barrio de Villa Golf, a dos cuadras de la ruta 205, se encuentra la casa de las telarañas. Entre las redes de sus techos, todo puede suceder.
Hay arañas que crían a sus arañitas con la más estricta de las verdades, y otras que son más liberales. Arañas con telas pequeñas, recién comenzando, y otras que con el tiempo lograron construir verdaderos palacios.
Hay arañas que discuten con sus hermanas menores y dicen tener la verdad, “porque yo soy más grande que vos”. Como si el tamaño o la edad tuvieran algo que ver con la verdad.
Dos arañas que se aman se mienten para no lastimar. Una araña pequeña aprende por primera vez lo que es el miedo a la verdad.
Hay arañas que se esconden, que son tan frágiles que cualquier cosa les asusta. Hay arañas que sueñan con ser la mosca que hoy se comen para cenar. Otras que sueñan con ser mariposas, por el simple hecho de poder volar. O cucarachas, por qué no. La araña reniega de su condición arañil.
Hay arañas que son expertas en hacer trucos, que exponen ante las demás todo eso que fue ensayado. Las demás arañas las admiran, porque son muy elocuentes y se han aprendido sus mentiras con demasiada precisión. Estas arañas son dignas de admiración.
Hay arañas que dudan, que sueñan, que tiemblan. Arañas que piensan si habrán hecho lo suficiente. Arañas que acumulan para no perder nunca y siempre tener algo, que coleccionan telas de a montones. Algunas tejen sin saber por qué. Otras tienen un objetivo bien claro, un instinto de supervivencia muy potente. Y las primeras viven por el simple hecho de vivir.
Detrás de todas las telarañas, en la esquina del techo de mi pieza, se esconde una que ha aprendido a hablar. Todas las noches conversamos: ella me cuenta historias, y yo le recito poemas. Tenemos muchas cosas en común, y a lo largo del tiempo, nos hemos vuelto grandes amigues. Guarda consigo mis
secretos más profundos, y yo llevo conmigo sus ganas de escribir.
(*)Dicta el Taller para Infancias de Escritura y Literatura de la Municipalidad.
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