Escribe Gerardo Furné | Director de FM Patagonia
La intención de este artículo es recordar al querido Dardo Antonio Adobatto, veterano de la Guerra de Malvinas, quien falleció el 7 de noviembre de 2023. Nacido el 24 de octubre de 1957, Dardo fue tripulante del ARA Santísima Trinidad, que participó en la Operación Rosario de recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982. Padre de Cintia y Antonella, vivía en Carlos Spegazzini y fue agente administrativo de PAMI Ezeiza, colaborador de la radio FM Patagonia y escritor autodidacta. Durante años se dedicó a dar conferencias sobre Malvinas y fue un activo defensor de los derechos de los excombatientes.
INFANCIA Y FORMACIÓN
Oriundo de Roque Pérez, Dardo se trasladó a Norberto de la Riestra junto a su familia. Muy pronto perdió a su padre, lo que llevó a la familia a mudarse a Carlos Spegazzini. Durante diez años, desde enero de 1974 hasta diciembre de 1983, prestó servicios en la Armada Argentina. En 1977 recibió el título de maquinista naval.
En 1981 participó en la puesta a punto del destructor Santísima Trinidad, un buque de guerra adquirido por la República Argentina al Reino Unido de Gran Bretaña. Ese año, durante su estadía en Inglaterra, estuvo en la base naval de Portsmouth, donde se encontraba la flota inglesa. Junto con los portaaviones Invencible y Hermes, los destructores Sheffield, Coventry y Glasgow, y los submarinos Conqueror, Splendid y Spartan, compartió una experiencia profesional significativa con los ingleses, aunque nunca imaginó que, pocos meses después, se encontraría enfrentado a ellos en una contienda bélica.
A finales de diciembre de 1981, Dardo regresó a la Argentina, y en marzo de 1982 se reincorporó a la flota marítima.
OPERACIÓN ROSARIO: LA RECUPERACIÓN DE LAS MALVINAS
El domingo 28 de marzo de 1982, al mediodía, el destructor Santísima Trinidad zarpó desde Puerto Belgrano en una operación secreta cuyo objetivo era recuperar las Malvinas, que habían estado bajo usurpación inglesa durante 150 años. A las 21 horas del 1° de abril, se acercaron a las islas con el buque totalmente a oscuras, y a las 23 horas fondearon en la bahía Enriqueta, ubicada a 8 kilómetros de Puerto Argentino.
Desde allí, desembarcaron noventa comandos de la infantería de Marina en veintiún botes de goma. A las 6 de la mañana, los comandos llegaron a las inmediaciones de la casa del gobernador británico, quien estaba defendido por la dotación de marines del cuartel de la Royal Navy. A las 7 horas, tras la rendición de los ingleses, se produjo la lamentable muerte del capitán Pedro Giachino.
Tras la recuperación de las Malvinas, el Santísima Trinidad pasó a formar parte del grupo de tareas del portaaviones 25 de Mayo, brindando protección antiaérea. La flota de mar argentina tenía planeado un ataque masivo contra los buques británicos que se aproximaban por el este, con una formación en pinza: el grupo del portaaviones, con el Santísima Trinidad como escolta, lo haría por el norte de las Malvinas, mientras que el grupo del crucero Belgrano lo haría por el sur. El ataque estaba previsto para la madrugada del 2 de mayo, tras el contacto con la flota inglesa logrado por un avión de reconocimiento Tracker del portaaviones, que localizó la flota enemiga.
Esa misma noche, dos aviones de combate Sea Harrier británicos se acercaron a la posición argentina, y por los altavoces del Santísima Trinidad se pidió comenzar con el “zafarrancho de combate”. Los Sea Harrier fueron detectados por el radar de control de tiro del Santísima Trinidad a 30 millas de distancia. Alertados por los sensores pasivos que indicaban que estaban siendo iluminados por el radar de misiles, los aviones británicos frenaron su avance y se alejaron. Aunque hubo una oportunidad de atacar por sorpresa, el ataque no se materializó debido a que los aviones de combate A-4Q argentinos, cargados con bombas de 500 kilos y operando desde el portaaviones, no pudieron despegar debido a la falta de viento. Esto impidió el ataque previsto y, en consecuencia, la flota argentina pasó a una etapa defensiva.
El mayor peligro para la flota argentina provenía de los submarinos nucleares británicos, que operaban con discreción bajo el agua y a altas velocidades. El 2 de mayo, el submarino británico hundió el crucero General Belgrano, lo que significó una situación de gran tensión a bordo del Santísima Trinidad. Durante las siguientes ocho horas, se apagaron los sistemas de comunicación del buque para evitar ser localizados por los submarinos enemigos, mientras navegaban a gran velocidad, lo que demandaba un alto consumo de combustible debido a las turbinas Olympus-Rolls Royce.
Una vez finalizada la guerra, el Santísima Trinidad escoltó al buque inglés Canberra, que transportaba a los prisioneros argentinos, hasta Puerto Madryn. Luego acompañó a este buque hasta las 200 millas, límite de las aguas argentinas. Así concluyó la participación del Santísima Trinidad en la Guerra de Malvinas, después de tres meses en el mar. A fines de junio, el buque regresó a Puerto Belgrano.
POSTGUERRA Y LEGADO
Finalizada la guerra, Dardo Adobatto solicitó la baja voluntaria de las Fuerzas Armadas y comenzó una nueva etapa en su vida, marcada siempre por la causa Malvinas y por el compromiso con los excombatientes. Se dedicó a dar conferencias y a mantener viva la memoria de la gesta, trabajando incansablemente para defender los derechos de los veteranos. El compromiso de Dardo Adobatto con la causa Malvinas trascendió el conflicto bélico. Su vida es un recordatorio del valor, el sacrificio y la lucha constante por mantener viva la memoria de aquellos que dieron todo por la patria.
UNA GRAN AMISTAD | ¿Cómo se conocieron Adobatto y Furné?
De la Redacción de La Palabra de Ezeiza
Tras la guerra de 1982, Dardo Adobatto solicitó la baja voluntaria de las Fuerzas Armadas y se insertó en la actividad comercial. En el 1986, en Carlos Spegazzini, conoció a Furné Gerardo (director de FM Patagonia), por un amigo en común, el presbítero Eugenio Gancarz, cura párroco del lugar. A partir de ese encuentro, se consolidó una amistad que luego se transformó en hermandad de espíritus, habiendo nacido ambos un 24 de octubre, bajo el signo de Escorpio. En 1992, la participación en FM Patagonia los unió aún más, dado que la flamante emisora nacía con la misión de difundir la causa Malvinas y la identidad patagónica. En el año 2004 se instaló en Plaza de Mayo un vivac (denominado Campamento Puerto Argentino-Carpa Verde) donde los veteranos estuvieron reclamando por sus derechos durante 126 días. Dardo Adobatto formó parte de ese histórico campamento. Con su carpa y algunos enseres, transitó la dura vigilia en esa Plaza de Mayo de 2004. Su arribo se dio a los pocos días de la aparición en el lugar del veterano de guerra Carlos Gómez, líder estratégico de toda la negociación que se llevó adelante con el gobierno nacional. La tarea de Adobatto y Furné fue cubrir toda la movida para FM Patagonia. Juntos hicieron notas y escribieron varios artículos. En ese tránsito escribieron el libro Unidad y lucha (2021), donde dieron cuenta de la epopeya vivida en 2004 en Plaza de Mayo en pos de la reivindicación de los héroes de 1982.